Jornal

Nombre: Jornal.

Alter Ego: Christian Monsalves.

Ocupación: Profesor e Integrante de la mesa Directiva del diario “La nueva Aurora de Chile”

Nacionalidad:   Chileno.

Estado Civil: Soltero.

Grupo de Afiliación: Los Húsares de la Muerte.

Base de Operaciones: Santiago.

Edad: 27 años.

Poderes: En su labor de Húsar ha aprendido a luchar hidalgamente con su sable, la mayoría de las veces empuñándola para defenderse, aunque si de atacar se trata sabe como dar una estocada mortal aunque siempre deja eso como última opción.

Fuente de poderes: No posee.

Primera Aparición: Húsares de la Muerte #1

Historia: Nació en Limache, un pueblo pequeño de la zona central del país. Allí se crió con su familia, todos juntos en una casa en la cual las labores estaban designadas de forma que todos trabajan para sortear la pobreza de manera digna y laboriosa. Christian se interesó desde pequeño por saber de la historia de su país, pero yendo más allá de lo que los propios libros podían entregarle. Es por esto que desde niño se sorprendió de la visión sesgada de la historia que le enseñaban en la escuela y luego en el liceo. Algunos profesores lo dejaron marcado positivamente para que cuando decidiera entrar a la universidad optara por la carrera de pedagogo, y aunque las limitantes económicas eran enormes, su familia se organizó para proveerlo de las cosas básicas para que se dedicara a estudiar tranquilo en la gran capital. 

Una vez adentro de la universidad se dio la posibilidad de vivir donde una tía abuela de buena situación quien residía sola en una casa, con quien había tenido muy poco contacto durante su niñez y adolescencia. Ella era viuda, eso era lo que había escuchado de boca de su familia, pero se resignaba a la idea de haber perdido a su esposo aunque hubiesen pasado más de treinta años. Un día al volver a casa escuchó que su tía abuela lloraba desconsoladamente. Al entrar al living noto que habían unos detectives, quienes habían llegado para informarle del hallazgo de unas osamentas, además de entregarle un sable que había sido encontrado en conjunto con otras pertenencias que coincidían sin lugar a dudas con las de su esposo. Tras irse los detectives, Chrístian trató de consolar a su abuela y al ver sus ojos le comentó que brillaban tanto o más que los de su tío abuelo. Ella le dijo que él era un muchacho bueno y tan apasionado por la historia que sentía que debía compartir con él el secreto de su esposo. Fueron largas horas de conversación en que Chrístian se maravilló con lo que oía. Su tío abuelo había sido un Húsar que al parecer llevaba largo tiempo muerto y olvidado. La tía abuela le dijo a Chrístian que ante la eventualidad de volver a juntarse los húsares, él tendría todo el derecho a ser uno de ellos, puesto que ella nunca tuvo hijos y él era el único varón adulto quien podría cargar con la responsabilidad, y que este sable le pertenecía por derecho. Él aceptó aquel honor, ignorando que un nuevo reclutamiento se sentía venir. Es así como un día después de clases fue interceptado por unas personas quienes sin titubeos le preguntaron si él tenía el sable, ya que si era así él sería un integrante más de la nueva camada de “Los Húsares De La Muerte”. Ellos habían dado con él gracias a una noticia de un diario en donde aparecía el hallazgo de su tío abuelo y una foto del sable. Su sorpresa fue aún mayor cuando llego con esos nuevos amigos a su casa y al entrar notó que su abuela estaba tirada en la cocina. Había sufrido un infarto y él no había podido hacer nada. La Misa fue breve, porque pocos conocían mucho de ella para poder expresarse. Sin embargo, fue él el único que habló y en sus palabras agradeció el tiempo que tuvo para conocerla y de todo lo que compartieron, juramentando que él la haría sentir orgullosa. Muchos de los presentes no entendieron la totalidad de esta última frase, pero si un grupo de jóvenes que tomaron eso como un sí. En el diario está siempre preocupado de detectar hasta el más mínimo error en todo lo que tiene que ver con la impresión de los titulares y encabezados, porque le disgustan la Fe De Erratas. Tiene un sentido del humor que complementa bien con Trompo, formando un dúo dinámico que varias veces descolocan al resto de sus compañeros.
Su color es el amarillo y lo eligió porque así recuerda la brillantez y calidez que su tía abuela tuvo con él durante el tiempo que compartieron. Los lentes son simplemente porque tiene un grado intermedio de astigmatismo.

Personaje creado por Francisco Fernández Leiva con aportes conceptuales de Oliver Figueroa Anabalón

Dibujo por Eduardo Márquez